¡Feliz 2010!
Comenzamos el año en Veo Historias leyendo sobre las moscas. Tenemos 3 revistas Artes de México para tres escritoresradioescuchas que posteen aquí mismo en los comentarios, un breve texto sobre las moscas (máximo 10 líneas).
Los ganadores serán leídos el próximo martes en Veo Duendes.
martes, 5 de enero de 2010
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vuela sobre la nada sin dejar de aletear, se posa en los polvosos vidrios que deja transparentar la luz,no me mira. su exrtraño color hace brillar, cerca y tan lejos. hay moscas en esta habitacion. rodea, con el humo se pelea. sola y triste busca la salida, ya no escapara...
ResponderEliminarDurante toda la tarde, aquella mosca chocó más de una vez contra la ventana.
ResponderEliminarAterrizó al otro lado de la habitación y comenzó a frotar sus patas delanteras como si estuviera planenando la huida.
Su insistencia la mandó nuevamente contra el cristal y, por fín, por una rendija logró escapar.
De forma burlona, me presumió su libertad permaneciendo estática del otro lado de la ventana.
Al dar la vuelta y retomar el vuelo, la mosca contra una telaraña se fue a estampar.
Estoy Mosqueado ya de aguantar tanta mosca que viene y va y entra como pedro por su casa por mi cerebro y mosquea mis ideas, pone huevecillos putrefactos dentro mi pensamiento que acaba hecho mierda ¡y a las moscas como les encanta la mierda!
ResponderEliminarBusco un buen insecticida, alguien me recomendo uno muy bueno a base de plomo, solo para apuntar y disparar,¡Adios mosquitas!
A veces uno pierde la cordura, se pone pálido como sanitario de hospital; vomitable. Y todo se resume a un punto y aparte, a no tener nada que decir, porque ya no se tiene nada que perder y más lamentable, nada que ganar. Dejas que se posen las moscas en tu cádaver, que jueguen a defecar sus huevecillos entre tus poros. Entre el pliegue de la vejez prematura, porque se te avejentó demasiado el corazón. Y las moscas pronto han de florecer.
ResponderEliminarQue fue una maldita mosca la que chapoteo en el chocolate y le provoco almorranas en la nariz. Orejas le salieron de la lengua, y su más incandescente deseo de atiborrarse de cacao líquido quedó exonerado a causa del pobre bicho que pataleaba en su garganta. Ay, malditas, malditas moscas, decía nuestra querida protagonista, cuando las veía parloteando en la pared, trompeando-trapeando con su manguerita chupona, y entonces sacaba como prodigio de guerra un cartón apretujado con el cuál eliminaba a las pobres pepenadoras voladoras aristas. Y bueno, el asunto, en su gravedad no se debía al hecho de la matanza o la tragadera de los bichos, si no a que nuestra protagonista padecía de “Dicotopía acelerada” una enfermedad genética que se pasa de mosca padre o mosca hija, y nuestra querida protagonista por más que se empeñaba a ser Doña Chona Margarita, no le quedaba de otra que fletarse el asesinato de tus hermanas que de vez cuando la visitaban.
ResponderEliminarMarshiari Medina
Díptera juguetona
ResponderEliminar¿por qué todos te desprecian?
injustos somos con los seres pequeños
qué tontos, no valoran tu presencia
limpiar los pútridos cuerpos de este ecosistema
no es tarea de poca monta
y sin embargo te culpan de genocidio
cuando luego de tan noble y delicada labor
posas tus patitas en un plato de comida
disentería, cólera, fiebre tifoidea, gritan agitados
¡cuánta ingratitud!
un altar te mereces, un busto y un poema.
Yolanda Aguirre
¡Moscas!, ¿por qué referirnos con ese nombre vulgar a un animalillo?, si es un ser como todos nosotros, ese diminuto ser, está aquí en la Tierra para llevar a cabo una misión. He notado que ellas vienen a visitarnos, y a demostrarnos que tan sucios podemos ser, o a lo mejor y estan a nuestro lado, porque perdieron el camino, como varias veces lo hacemos nosotros, con esto quiero demostrar, que esos seres son dignos de respeto, como los humanos siempre lo exigímos.
ResponderEliminarDeja comer en paz y vivirás, dijo antaño el hombre a la mosca. En el sepelio se juró venganza. Hoy, pertinaz, una arruinó la cena y escapó.
ResponderEliminarVíctor Alvarado